Hoy quiero hablarte de un tema fascinante que une dos mundos aparentemente separados: el del violín y la guitarra. A través de los siglos, estos instrumentos han compartido influencias clave que han dado forma a su evolución, tanto en la técnica como en la construcción y la escritura musical. En este artículo, vamos a sumergirnos en esa interrelación, enfocándonos en las aportaciones del renombrado músico y guitarrista Ricardo Barceló.
Para entender cómo las características del violín influyeron en la guitarra, debemos viajar al siglo XVIII, donde ambas familias de instrumentos vivían una revolución. En ese momento, la guitarra barroca, con sus cinco órdenes de cuerdas, convivía con las vihuelas y guitarras de cuatro órdenes. A medida que la música evolucionaba hacia formas más complejas y estructuradas, como el estilo preclásico, era necesario un instrumento capaz de proporcionar más notas graves para sustentar las armonías de manera adecuada. Este cambio llevó al surgimiento de la guitarra de seis órdenes. Como detalla Beryl Kenyon de Pascual, en el Diario de Madrid ya se anunciaba la venta de guitarras de seis órdenes en 1760. Esta transformación en la construcción del instrumento representó una nueva era, marcando el nacimiento de la guitarra clásico-romántica .
Influencia del violín en la guitarra clásico-romántica
Una de las claves de esta evolución fue la adopción de elementos estructurales y técnicas propias de los instrumentos de cuerda frotada, como el violín. Un detalle significativo es la incorporación del diapasón de resalte. Este elemento, que eleva los trastes por encima de la tapa de la guitarra, tiene su equivalente en el violín con la pieza conocida como "batidor", que permite una mayor tensión en las cuerdas y una mejor proyección del sonido. Esta mejora no solo facilitó una mayor claridad en los registros agudos de la guitarra, sino que también ofreció una mayor resistencia estructural, un aspecto vital en la evolución del instrumento .
El violín no solo influyó en la construcción de la guitarra, sino también en la escritura y la técnica. Guitarristas como Mauro Giuliani y Fernando Sor, quienes fueron también virtuosos en instrumentos de cuerda frotada, trasladaron su conocimiento del violín a la guitarra, revolucionando la forma en que se interpretaba y se escribía para este instrumento. Como destaca Thomas Heck, la guitarra clásica debe mucho más a la familia del violín de lo que podríamos imaginar, en términos de notación y detalles de construcción .
Uno de los aportes más interesantes fue el uso de cuerdas simples en lugar de cuerdas dobles, como era común en las guitarras barrocas. Esta técnica, claramente heredada del violín, permitió a los guitarristas obtener una mayor claridad melódica y simplificar la afinación, aspectos cruciales para el virtuosismo y la interpretación solista que caracterizan el repertorio guitarrístico del siglo XIX.
La transición de un estilo a otro
Durante el Renacimiento y el Barroco, la guitarra tenía un enfoque más popular, destacándose el rasgueado como técnica predominante. Sin embargo, con la llegada de la guitarra clásico-romántica, esta técnica quedó relegada a un segundo plano, dando paso a un mayor uso de arpegios y líneas melódicas complejas. Esto refleja una clara influencia de la música orquestal, especialmente del violín, que no solo afectó la técnica de interpretación, sino también el tipo de música que se componía para la guitarra.
No podemos olvidar que la influencia fue recíproca en ciertos casos. La música de la guitarra también tuvo un impacto en la manera en que se estructuraba la música para otros instrumentos de cuerda, creando un diálogo que enriqueció el repertorio de ambos instrumentos.
A través de la historia, la guitarra ha sido un instrumento en constante evolución, y gran parte de esta transformación ha sido gracias a la interacción con otros instrumentos, como el violín. Esta influencia ha dejado una huella imborrable en la técnica, la construcción y la expresión de la guitarra, permitiéndonos disfrutar hoy de un instrumento versátil y lleno de posibilidades. Así que la próxima vez que escuches una pieza para guitarra clásica, piensa en todo el viaje histórico que hay detrás de cada nota.
Este recorrido es solo una muestra de cómo la música no tiene fronteras ni límites, y cómo, a lo largo del tiempo, los instrumentos han conversado entre sí para evolucionar y adaptarse a nuevas formas de expresión.
Fuente: Barceló, R., Del violín a la guitarra: influencias en la técnica, escritura organología y expresión
Por M. en E. Eduardo Grimaldo
Director BNAM
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